La publicación de Juego y distracción, que toma prestado su título de un versículo del Corán sobre la esencia de la vida terrenal, supuso un punto de inflexión en la trayectoria de Salter y dio la medida de su ambición y maestría literarias. En la actualidad se la considera una lectura insoslayable que, sin duda, contribuirá a engrosar la legión de admiradores que James Salter sigue cosechando en todo el mundo. La novela narra la historia de amor entre Phillip Dean, un universitario norteamericano que deambula por Europa, y Anne-Marie Costallat, una joven francesa de provincias. Evocada en todo su esplendor erótico, la fogosa aventura de los dos amantes nos llega a través de la imaginación de un solitario compatriota de Phillip. El desdén hacia las convenciones sociales, la entrega incondicional al placer y la indolencia aparecen aquí delineados con un lenguaje de elocuente concisión, que convierte el cúmulo de impresiones y la mirada reflexiva y sensible del narrador en un himno a la sensualidad.