Khalil es un joven de origen marroquí que vive en Bélgica. Alejado de la mayor parte de su familia, pasa el tiempo con los hermanos de la mezquita local y con sus dos amigos de la infancia, Rayan y Driss. Rayan se ha integrado con éxito en la sociedad, pero no ha ocurrido lo mismo con Khalil y con Driss que, sintiéndose rechazados por esa misma sociedad, van a terminar en una célula terrorista. Khalil y Driss han aceptado inmolarse en París, durante un partido internacional entre Francia y Alemania, junto a otros hermanos . Llegado el día, tras oír tres deflagraciones, Khalil debe acudir a algún lugar donde haya una gran concentración humana para inmolarse. Encontrado el lugar adecuado y preparado para cumplir su misión, Khalil empieza a rezar al mismo tiempo que acciona su cinturón de explosivos. Pero el detonador no funciona y el artefacto no explota. Furioso, confuso, desorientado, tendrá que ocultar sus fines a familia y amigos y, lo que es peor, hacer frente a la realidad de seguir viviendo. Lo que no va a resultar fácil cuando el curso de la vida, y de la muerte, pueden sembrar la duda en dogmas que parecen incontestables. A través de un personaje difícil y complejo como Khalil, Yasmina Khadra nos invita a seguir los pasos de un joven terrorista, sus reflexiones, sus inquietudes, sus dudas... Una novela que plantea más preguntas que respuestas sobre qué tipo de personas son los terroristas y qué motiva sus actos, dejando al lector que saque sus propias conclusiones. Una novela que no dejará indiferente a nadie.