Como declara Aristóteles en su Poética, «no es obra de un poeta el decir lo que ha sucedido, sino lo que podría suceder, lo que es posible según lo verosímil o lo necesario».
La belleza constituye una posibilidad verosímil en medio del horror trágico. Acerado fulgor que hiende las tinieblas. Fragilidad evanescente, instante efímero, delicado vuelo de todos y cada uno de los pájaros que matará el invierno
Luminosa belleza que nos devuelve la fe perdida en la condición humana.
Lo posible según lo necesario.