Hoy como ayer, la formación técnica simboliza el nexo más representativo del País Vasco: educación-industria. Ayer era el célebre Seminario de Vergara volcado hacia la siderurgia y un siglo después eran las escuelas de Ingenieros y de Artes y Oficios apostadas en las orillas industriales, las postales más ilustrativas de lo que fue no sólo la red educativa, sino también la economía y estructura social vascas, tributarias de un pasado multisecular. Pero entre una y otra postal, pende una evidente discontinuidad como una sutil continuidad, o mejor, una cadena en formación -y transformación- cuyos eslabones constituyen una cuestión histórica a elucidar. En este libro se ha recurrido a la metáfora de una cadena con cuatro eslabones que representan las categorías 'educación', 'tecnología', 'poder social' e 'industria'. Lo que hace que la cadena vasca sea peculiar no es tanto la solidez de sus eslabones, como la intensidad e interrelación de sus vasos comunicantes. Es esencialmente en la condición de concatenación, en la relación con los demás, en la confrontación e interacción entre los eslabones, que sólo es posible entender la historia vasca. Por eso, este libro invita a considerar la trama de hilos que -enredados entre los eslabones- enlaza una postal con la otra, como una metáfora iluminadora de la transformación de la sociedad vasca de su condición protoindustrial a otra plenamente industrial y moderna.
Hoy como ayer, la formación técnica simboliza el nexo más representativo del País Vasco: educación-industria. Ayer era el célebre Seminario de Vergara volcado hacia la siderurgia y un siglo después eran las escuelas de Ingenieros y de Artes y Oficios apostadas en las orillas industriales, las postales más ilustrativas de lo que fue no sólo la red educativa, sino también la economía y estructura social vascas, tributarias de un pasado multisecular. Pero entre una y otra postal, pende una evidente discontinuidad como una sutil continuidad, o mejor, una cadena en formación -y transformación- cuyos eslabones constituyen una cuestión histórica a elucidar. En este libro se ha recurrido a la metáfora de una cadena con cuatro eslabones que representan las categorías 'educación', 'tecnología', 'poder social' e 'industria'. Lo que hace que la cadena vasca sea peculiar no es tanto la solidez de sus eslabones, como la intensidad e interrelación de sus vasos comunicantes. Es esencialmente en la condición de concatenación, en la relación con los demás, en la confrontación e interacción entre los eslabones, que sólo es posible entender la historia vasca. Por eso, este libro invita a considerar la trama de hilos que -enredados entre los eslabones- enlaza una postal con la otra, como una metáfora iluminadora de la transformación de la sociedad vasca de su condición protoindustrial a otra plenamente industrial y moderna.