Esa minúscula taberna no tiene nombre, su dueño tampoco. Sin embargo, en el barrio de Shinjuku, todo el mundo los conoce. Abierta desde las doce de la noche hasta las siete de la madrugada, acoge a los noctámbulos de Tokio: boxeadores, prostitutas, actores porno, policías y yakuzas acaban allí para tomar sake, caldo, ramen o sopa de miso, según lo que haya en la cocina. Cada plato da lugar a un encuentro, una historia.
Si en 'El gourmet solitario', de Taniguchi y Kusumi, la comida se disfruta en solitario y en silencio, en el manga de Abe sirve para romper el hielo, para desatar el diálogo entre los urbanitas acostumbrados a callarse y a mirarse los zapatos. Entre salsa de soja y algas secas nacen anécdotas, risas y confidencias.
'La cantina de medianoche' es un éxito en Japón, donde se han producido dos películas basadas en el manga, que también tiene serie televisiva en Netflix, con el título 'Midnight Diner: Tokyo Stories'.
Además, el segundo tomo de 'La cantina de medianoche' formó parte de los esenciales del Festival Internacional de Cómic de Angoulême de 2019.