Maya no está pasando por su mejor momento. Acaba de dejar un medicamento que regula los ataques de pánico, sufre síndrome de abstinencia, lleva días sin dormir y bebe demasiado. Por eso, cuando frente a la pantalla de su móvil revive lo ocurrido el verano de sus diecisiete años no sabe si puede confiar en la lucidez de su mente. Las imágenes de seguridad de una cafetería registran la muerte súbita de una joven. Junto a ella está Frank Bellamy. Ni siquiera se han rozado, pero Maya sabe que él es el responsable, igual que lo fue de la muerte de Aubrey siete años atrás. Maya no tiene otra salida que investigar sobre los enigmas del pasado para poder resolver los del presente. Y para ello tendrá que regresar a la cabaña del bosque y adentrarse en los recuerdos que la aterrorizan.