Las sectas religiosas distan mucho de ser un fenómeno marginal en nuestra sociedad. De hecho, la creación de grupos bien cohesionados que exigen la obediencia ciega de sus fieles y los exhortan a difundir un mensaje de salvación constituye el germen de lo que en un origen fueron, y son, las grandes religiones. Y el cristianismo, como tal, no es ajeno a ello.
Este libro pretende rastrear la huella de dos de los movimientos más heterodoxos que conoció Europa: el catarismo y la Orden del Temple. Ambos se propusieron desarrollar una manera propia y radicalmente opuesta de entender la palabra de Cristo que acabó por cuestionar los fundamentos del credo defendido por la Iglesia Católica y que, como era de prever, provocaron una violenta respuesta