Elena Rossini ya ni siquiera cree en el amor. Cuando decide empezar de cero, se muda a París y se da cuenta que solo encuentra sentido a la vida cuando crea nuevos perfumes. Desde hace siglos, las mujeres de su familia saben que las fragancias son un camino para llegar al corazón de las personas.En poco tiempo, los perfumes de Elena destacan porque es la única que sabe cuál es el perfume para recuperar el amor perdido, para superar la timidez o para recuperar la serenidad. Puede que incluso ella misma vuelva a abrirse al amor y a la felicidad.