En todas las familias hay secretos que es mejor no conocer.
Marina y Silverio viven juntos y enamorados en su pueblo asturiano de Candás a mediados de los años veinte. Con ellos, Rosita, la niña que Marina adoptó en Cuba. Su existencia transcurre de forma apacible hasta que deciden regresar a La Habana para que la joven se reencuentre con sus raíces.
Al partir, no son conscientes de que hay puertas que es mejor no volver a abrir. No pueden imaginar que toda su existencia se trastocará en el país caribeño de tal forma que quizá nunca puedan volver a reconstruirla.
María Teresa Álvarez retoma en esta apasionante novela el amor por su tierra y por las gentes que se lo jugaron todo en busca de un futuro mejor para ellos y sus hijos.