'En cuanto abrí los ojos supe que nos acercábamos a tierra. Así que el viaje está llegando a su fin, pensé. Finalmente sabremos lo que nos depara esta nueva cautividad en la que estamos destinados a ser inferiores e incluso más abyectos que antes. Experimenté miedo, pero también cierto alivio. A pesar de los temores y conflictos que nos embargaban, no éramos los mismos seres ruborizados y avergonzados de otros tiempos. Nadábamos, cada uno a su propio ritmo, en la corriente turbadora del tormento erótico.'