El hermano Edik encuentra en establo de su monasterio una niña enferma y toda sucia de tierra y de sangre. Mientras la cuida, descubre que la niña sabe leer, cosa que supone un peligro porque en aquel reino las niñas tienen prohibido leer o escribir. Pero el rey ya sabe que Beatryce existe y ha ordenado encontrarla y ejecutarla para que no se cumpla una profecía que Edik conoce bastante bien.