Baltimore, 1849. El cuerpo de Edgar Allan Poe es enterrado en una tumba sin nombre. El público y la prensa asumen su condición de borracho con un patético final. Pero un apasionado admirador, Quentin Clark, lo arriesga todo para descubrir el misterio que rodea sus últimos días y descifrar las extrañas circunstancias de su muerte.