Mamoon Azam es un monstruo sagrado, una vieja gloria literaria que ya ha escrito sus grandes obras y es un autor consagrado, pero cuyas ventas decrecen. Y sin esas ventas se le hace difícil poder mantener la casa en la campiña inglesa que comparte con su actual esposa, Liana, una italiana con carácter y bastantes menos años que él, a la que conoció y enamoró en una librería. Liana, de acuerdo con el joven y desenfrenado editor de Mamoon y el renuente beneplácito de éste, urde un plan para mejorar las finanzas familiares: encargar una biografía que servirá para revitalizar su figura en el mercado literario. Pero la vida de este consagrado escritor indio que llegó de joven a la metrópoli para estudiar y decidió convertirse en un perfecto gentleman británico no está exenta de aspectos escabrosos. Antes de Liana ha habido en su vida otras dos mujeres importantes, a las que en ambos casos destruyó: Peggy, su primera esposa, que murió amargada y enferma, y Marion, su amante americana, a la que sometió a prácticas sexuales, como poco, heterodoxas cuando no directamente humillantes. Todo ello lo indaga su biógrafo, el joven Harry Johnson, a través de cartas, diarios y entrevistas con el propio Mamoon y con personas que lo conocieron, entre ellas Marion. Pero los fantasmas y las tensiones no sólo emergen del pasado, porque la novia de Harry, Alice, pasa unos días con él en casa de Mamoon y el viejo escritor entabla una peculiar relación con ella. Y mientras tanto Liana sufre ataques de celos, Harry se lía con una criada de la casa y el biografiado le sonsaca al biógrafo informaciones sobre su voracidad sexual, su madre loca y otros aspectos turbios de su vida. Y así, entre el viejo escritor y el joven aprendiz se establece un peligroso juego de manipulación y seducción en esta novela que habla del deseo, la culpa, la lujuria, los demonios interiores, las relaciones de pareja, las fantasías sexuales y sentimentales, y el poder -en ocasiones temible- de las palabras. «Su mejor libro hasta la fecha... Muy divertido. Kureishi ha escrito una obra mayor sobre un importante tema literario, llevada a cabo por alguien que ya es un maestro en su arte» (John Sutherland, The Times). «Una gran lectura, con personajes vívidos, una trama sinuosa y diálogos chispeantes» (Max Davidson, Mail On Sunday). «Su mejor libro desde El buda de los suburbios, tal vez porque regresa a sus temas originales: la familia, la raza y la identidad... Un libro importante y al mismo tiempo de lectura muy amena» (Amanda Craig, The Independent). «El tono de La última palabra es a ratos el de una comedia íntima, social -a menudo muy divertida, en algunos momentos conmovedora-, pero los temas que aborda son diversos y sutiles: ¿cuál es la relación de la escritura con la vida?, ¿a qué fuentes secretas acude el escritor para construir su obra?, ¿puede uno pretender conocer a alguien mejor de lo que se conoce a sí mismo?» (Nathalie Crom, Télérama). «Áspera, a ratos divertida o conmovedora, dura o tierna, no abandona al lector cuando la acaba» (Alexis Liebaert, Le Magazine Littéraire). «Kureishi en su registro más salvaje y subversivo» (Boyd Tonkin).