Obra de ensayo filosófica que aborda una cara fascinante y misteriosa de la naturaleza.
Libro de un encanto muy poco común, de primorosa delicadeza literaria, a veces revestida de dramatismo, que en ningún caso es un manual ordinario de Historia Natural únicamente destinado a darnos a conocer mejor a estos insectos, de por sí sumamente interesantes. El autor sabe pensar y hacer pensar, incita a trabajar por mero gusto, por el dignificante honor de trabajar, de elevarse un tanto más en la escala del conocimiento, sabiendo de antemano que este conocimiento adquirido será mínimo, insignificante en comparación con la inmensidad del problema acometido, pero que, en relación con lo insignificante que somos, tendrá asimismo gran mérito.
La vida de las abejas, «un mundo aéreo, optimista y exterior», es estudiada por el poeta con ciencia y paciencia de entomólogo y con exactitud e ingenio, el escritor observa la vida dentro y fuera de la colmena, y estudia sus querencias, observa sus caminos y tiene en cuenta sus misterios. La vida de ese reino del enjambre está siempre presidida por una reina que Maeterlinck estudia con respeto y cortesía: sus costumbres, su trato a las abejas, su custodia fiel por obreras y soldados, su lujo, sus preeminencias tiránicas, sus vuelos nupciales y hasta su muerte están descritos con meticulosidad y criterio singulares. Nos muestra secretos sorprendentes de ese mundo regulado y perfecto, y logra que la lectura sea dramática y hasta dantesca, al mismo tiempo que comprensible. La vida de estas «criaturas casi humanas poseídas por el sentimiento del deber» nos es mostrada en toda su complejidad a través del mágico filtro de este libro prodigioso. «La desesperanza está fundada en lo que sabemos, que es nada, y la esperanza en lo que no sabemos, que es todo.» Maurice Maeterlinck