Esta novela (con ecos de Bowles y Buzzati) cuenta el periplo del africanista Elías Laplace Oria, teniente coronel del ejército franquista destinado en 1935 a la última colonia española: Ifni. Su destino es una mezcla de premio y castigo, pues se siente relegado, pero al mismo tiempo logra sobrevivir allí, en curiosa paz por separado, a toda la Guerra Civil Española y a la Segunda Guerra Mundial. ¿Ha sido protegido o ha sido condenado por Francisco Franco?
En Ifni, Laplace sucumbe al hechizo de esa franja de tierra bajo su mando y siente cómo su autoridad y voluntad se resquebrajan, y por las rendijas de esta quiebra asoman los fantasmas de cuanto dejó atrás (un amor de juventud mal resuelto y una amistad truncada con Franco) y la creciente sospecha de que los astros y el mundo se mueven con distinta lógica en el desierto. Y todo esto nos lo narra, desde el próspero Madrid de 2007, un periodista extranjero a través de la lectura que le hace a su hija pequeña de los diarios de Laplace hallados por él en una librería de viejo de la capital.
Esta no es una novela histórica, si bien juega con la minúscula historia de Ifni y el sinsentido de la Historia con mayúsculas; pero, sobre todo, nos plantea una pregunta: ¿es posible una conversión? ¿Es posible ser otro?