¿Has oído hablar de la niña que pasaba sus días observando a los ratones? ¿Y de aquella otra que despertó con la cabeza vuelta hacia atrás?
Nadie sabe qué fue de los estudiantes de Primaria desaparecidos, aunque hay quien hace referencia a una vieja bruja. Y se cuenta que una mujer solitaria perdió, literalmente, el rostro.
Todos ellos vivieron y murieron en la era Heisei, a finales del macabro siglo XX. Hace ya mucho tiempo y hay poca gente que lo recuerde, pero quizá sea mejor así. Porque la variedad de espantos que anida en el alma humana es tal que sólo queda resignarse a la degradación.