El azafrán sigue manteniendo intacto ese halo de misterio y exotismo que sedujo a Cleopatra y que ha costado tantas vidas humanas desde tiempos inmemoriales. Lo conocemos de milagro: proviene de una planta estéril que ha sobrevivido gracias a su cohabitación con el hombre, y florece cuando el resto del mundo vegetal se prepara para sufrir los rigores del invierno. Este libro nos traslada desde la corte persa al palacio de Alejandro Magno, revelándonos suculentas recetas y sabrosas anécdotas en torno a la exótica especia.