El cadáver, o lo que queda de él, ha sido trasladado a la morgue por los forenses. La policía judicial ha terminado de recoger pruebas. Es entonces cuando comienza su trabajo el equipo de Limpiezas Traumáticas González.No debe quedar rastro de la tragedia vivida, de la brutalidad del asesino, de la agonía de la víctima, de la angustia del suicida, de la soledad decadente de quien muere a solas y nadie reclama.
Lo que comenzó siendo una modesta empresa familiar de limpiezas de edificios en Hellín (Albacete) fundada por Manuel González, encontró en la muerte una oportunidad de negocio que pocos están dispuestos a emprender. Hoy es un grupo especializado que interviene en los más conocidos casos de asesinatos (el del psicópata de Pioz, el de la familia de Móstoles, el de la niña de Vilanova i la Gestrúà) y en los más terribles casos de suicidio y abandono.
Esta es su historia, o sus muchas historias que explican cómo se puede llegar a convivir cada día con la sangre y el dolor.