Lo cotidiano y lo esotérico se dan la mano en la última novela publicada en vida por Aurora Venturini, un ajuste de cuentas con el pasado y un alucinado viaje tras un accidente doméstico. Desde el hospital nos contará cómo tuvo que aprender a caminar, a hablar y a comer de nuevo, pero también un delirante paso por el infierno en el que narra su encuentro con los seres que allí habitan. Comparte la escritura enfebrecida y desatada de las dos novelas previas, Las primas y Nosotros, los Caserta, y el gusto por alterar el lenguaje para dotarlo de una simpleza que desarma al que se acerca. El resultado es un relato que transforma la propia biografía y que, como uno de esos espejos deformantes, nos devuelve una vida contrahecha, ajena y fabulosa a un tiempo.