De los acantilados y las llanuras cubiertas de brezo de Cumbria con su historia de ardiente violencia, a la velocidad y el calor del verano en Londres, pasando por un lago misteriosamente tranquilo en los bosques de Finlandia, Sarah Hall evoca los paisajes con asombrosa precisión y elegancia. Paisajes en ocasiones inquietantes que perfilan unos relatos que siempre habitan en el territorio entre lo natural y lo urbano, lo prosaico y lo surrealista, lo humano y lo animal; entre la intimidad de la naturaleza y la naturaleza de la intimidad. Sus personajes, ya se trate de un ama de casa frustrada que busca un encuentro apasionante, de una joven que contempla la muerte de su novio o de las fobias de una niña, son verdaderos supervivientes azotados entre oscuras pasiones y deseos que afloran a la superficie: el cuerpo humano, entre conflictos emocionales, proporciona el marco sensual de cada drama. Los relatos agrupados bajo el título Madame Zero y la hermosa indiferencia fueron publicados en inglés en dos volúmenes diferentes. Insólitamente perturbadores y profundamente eróticos, sorprendentes y certeros, tristes con un filo de oscura sensualidad, estos relatos confirman a Sarah Hall como una de las grandes escritoras británicas de su generación.