Culto, refinado, amante del arte antiguo y asiduo a los museos. Pero también falto de prejuicios, valiente y proyectado hacia la vida, la realidad y el mundo. Manet es una figura clave en la historia de la pintura y un caso apasionante entre los impresionistas: basta decir que no participó en ninguna de las muestras del movimiento y sin embargo su muerte ocasionó, de hecho, la disolución del grupo. Debemos a Manet los más penetrantes retratos y las imágenes más brillantes y prov ocadoras de la época: el París que se asomaba al umbral de la modernidad, la consciencia de un mundo que evolucionaba rápidamente, la interpretación sutilmente literaria de la sociedad.