Mazurca para dos muertos es posiblemente la última gran novela del Premio Nobel gallego, una obra que, leída treinta años después de haber recibido el Premio Nacional de Narrativa (1984), produce una conmoción aún mayor que en el momento de su aparición y destapa, como en una suerte de justicia poética, su radical modernidad y su inapelable calidad literaria. Narra la historia de una asesinato y una venganza como puntos de fuga de una paisaje que se va haciendo y deshaciendo, una historia que se trenza como un tapiz sobre un fondo de lluvia. Como si en una aldea gallega se hubieran encontrado Pasolini y Tarantino y, con emoción, se hubieran puesto a charlar de sus cosas (A. Fernández Mallo). Sólidamente irreductible (Fernández Mallo)