Marco Aurelio (121-180 d.C.) fue el último emperador romano perteneciente a la Edad de Oro de la Roma Imperial. Atraído por los estudios ?losó?cos desde su juventud, intentó vivir y actuar siempre conforme a las doctrinas del estoicismo, aunque, paradójicamente, por una cruel ironía del destino, pasó la mayor parte de los casi 20 años de su gobierno en guerras interminables contra los bárbaros. Aun así, encontró tiempo entre batalla y batalla para escribir en griego una obra intimista (Meditaciones), que representa una especie de notas personales de principios estoicos en las que reflexiona sobre la inevitabilidad de las cosas, la búsqueda de la virtud, los límites de la naturaleza humana, la fugacidad del tiempo o el modo correcto de comportarse en la vida.
Con un tono melancólico en el libro III, 33 Marco Aurelio afirma: «Todas las cosas son caducas y pronto un total olvido las cubre y sepulta». En esto se equivocó el emperador filósofo, pues, casi dos milenios después de su muerte, sus reflexiones tienen plena vigencia en el mundo actual y sus palabras siguen ayudando a cambiar la vida de millones de lectores.