La pasión de Isak Dinesen por África recogida en una edición ómnibus formada por la célebre Memorias de África y Sombras en la hierba.Memorias de África y Sombras en la hierba reflejan la pasión de la autora por una tierra que se convirtió en su destino. Su experiencia personal da lugar a dos obras que son una encendida declaración de amor a unos paisajes, a unas gentes y a unas culturas situadas en el polo opuesto de lo que había sido su pasado familiar y social.Poseída por la misma pulsión de Sherezade, Isak Dinesen nos sumerge en un mundo que se prolonga a lo largo de páginas encantadas: el de su vida en África y el de la vida de los que la rodeaban, europeos o somalíes, kikuyus o masais. Son muchos los personajes y muchas las anécdotas que atraviesan como corrientes subterráneas este volumen. Sin embargo, el papel protagonista lo ostenta quien nunca ha dejado de tenerlo: la vida, siempre diversa, indomable, cruel y tierna.Ernest Hemingway dijo...«Hubiera sido feliz -más feliz- hoy si el Premio Nobel hubiese sido concedido a la maravillosa escritora Isak Dinesen.»
La pasión de Isak Dinesen por África recogida en una edición ómnibus formada por la célebre Memorias de África y Sombras en la hierba.
Memorias de África y Sombras en la hierba reflejan la pasión de la autora por una tierra que se convirtió en su destino. Su experiencia personal da lugar a dos obras que son una encendida declaración de amor a unos paisajes, a unas gentes y a unas culturas situadas en el polo opuesto de lo que había sido su pasado familiar y social.
Poseída por la misma pulsión de Sherezade, Isak Dinesen nos sumerge en un mundo que se prolonga a lo largo de páginas encantadas: el de su vida en África y el de la vida de los que la rodeaban, europeos o somalíes, kikuyus o masais. Son muchos los personajes y muchas las anécdotas que atraviesan como corrientes subterráneas este volumen. Sin embargo, el papel protagonista lo ostenta quien nunca ha dejado de tenerlo: la vida, siempre diversa, indomable, cruel y tierna.
Ernest Hemingway dijo...
«Hubiera sido feliz -más feliz- hoy si el Premio Nobel hubiese sido concedido a la maravillosa escritora Isak Dinesen.»