Lévi-Strauss afina su asombrosa indagación en la naturaleza del pensamiento llamado primitivo. A partir de la lógica de las cualidades sensibles, se avanza hacia una verdadera lógica de formas que para él adquiere la forma ritual de un nuevo bautizo del mundo, pues lo seco y lo húmedo, el escándalo y el hedor, la rana y la miel son cosas y categorías desprendidas del caos, ordenadas y nombradas desde una nueva pertinencia crítica.