¿Para qué y a quién sirven las personas que se dedican a la enseñanza? En un mundo atosigado por el frenesí evaluador como modo de justificar el subjetivismo con la máscara del objetivismo el autor destapa, critica y denuncia los sistemas educativos que usan a los profesores para exterminar al alumnado a través de todo tipo de evaluaciones. La frescura con la que escribe no solo se centra en enjuiciar. También expone una propuesta de rebelión pacífica que él mismo probó y le permitió deshacerse de las cadenas educativas heredadas de siglos pasados en beneficio del conjunto del alumnado reunido en las aulas: la teoría del 10. Este libro representa un fuerte soplo de oxígeno para los docentes que reflexionan sobre el sentido de su profesión dentro de un contexto de encubierta opresión. Analiza, prueba y propone medidas y actuaciones metodológicas para la mejora de la práctica en las aulas. Pero sobre todo reanima en los y las docentes su pasión por la enseñanza desde la cooperación entre profesores, el entusiasmo en los Centros y la confianza en el alumnado. Enseñar sin dejar en la cuneta a nadie no solo es posible sino que forma parte de las obligaciones del docente del siglo XXI.
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