«Descubrí la descodificación biológica en 1993, y desde entonces la he difundido en veintitrés países, permitiendo a mujeres y hombres convertirse en psico-bío-terapeutas y así ayudar a sanar a miles de mujeres y de hombres [...], he creado una nueva forma de psicoterapia orientada hacia la transformación del cuerpo, pasando por los códigos biológicos y la historia emocional. Yo ni siquiera podía imaginarlo, hasta tal punto fue mi infancia una sucesión de fracasos escolares, de humillaciones familiares, de ser dejado de lado socialmente muchas veces; en el mejor de los casos, de negligencia, y en el peor, de múltiples violencias. Esto provocó en mí falta de confianza, deseos de morir, sensación de ser idiota, de estar incompleto, de ser inútil, incompatible con el género humano, rayano con el autismo, con la locura; y después, finalmente, todo, o casi, se transformó, se perdonó y quedó sanado, es decir, evolucionó hacia lo que soy hoy y de lo que no podía tener idea».