Un recorrido por los empleos atávicos, arcaicos, a veces rayanos en lo sobrenatural y lo herético de nuestra historia.
Saludadores, tempestarios, adivinos, meigas, videntes, cartomantes, espantanublados, campaneros, ariolos, augures, arúspices, curieles, compoñedores, feiticeiras, genetlíacos, fascinadores, loberos, nigromantes, petriquilleros, salisatres, saludadores, sortílegos, resucitadores, alquimistas, zahoríes... ¿Sabías de la existencia de estos oficios?
Se trata de empleos atávicos, arcaicos en ocasiones, algunos ya disueltos en la neblina del tiempo y otros se han ido reconvirtiendo y se niegan a desaparecer, especialmente, aquellos que tenían y tienen una aureola de sagrado, de mágico, de poderoso y de creencia supersticiosa. Desde siempre han existido personajes dotados por la tradición popular de poderes para aminorar el sufrimiento de sus semejantes hasta el punto de que, muchas de sus prácticas, se convirtieron en verdaderos oficios gracias a la sabiduría ancestral. El problema llegó cuando muchas de esas profesiones, las más heterodoxas, se vieron perseguidas por su co