Saira es una niña afgana que cree tener nueve años. Es rubia, tiene los ojos azules y es una Kharani, o sea, una bastarda. Su madre nunca habla sobre este tema; son recuerdos dolorosos que acuchillan cada una de sus noches. Aquel momento que le atormenta, Bahar perdió muchas cosas amadas y ganó otra que nunca encajaría en el mundo del que viene ella. Cada noche, Saira le pide a alá no ser ella. Le gustaría parecerse a Mariam, una privilegiada para sus ojos inocentes. La visión que tiene sobre la vida comienza a cambiar con la llegada de Ramin, un hombre que descarga su ira sobre ella, por ser extranjera, por ser diferente en una familia de la que él desea obediencia. Saira comienza a odiar por primera vez, viendo cómo su hermana ocupa el puesto de una mujer adulta, teniendo que complacer a Ramin y darle lo que más quiere, un hijo. La niña que bailaba a solas rodeada de personas que no la entendían, que no se parecían a ella, llega a España siete años después. Como representante de la mujer afgana, con las que convivió y no llegó a entender a veces, Saira recorre los institutos divulgando su experiencia. Gracias a la familia que la ha acogido en España ahora convive con ciertos valores y la tranquilidad define con más precisión su nueva vida. Sin embargo su pasado en Kabul la visita por las noches, convirtiendo los momentos nocturnos en una auténtica pesadilla. Cuando la esperanza apenas es un resquicio de luz aparece Pablo como una nueva puerta que le ofrece la vida para alcanzar la felicidad. ¿Será capaz de abrirla?
A Saira nunca le ha gustado su aspecto. Es rubia, tiene los ojos azules y todos la llaman kharami, o lo que es lo mismo, bastarda. Vive en Afganistán con su hermana, su madre y su abuelo, y cree tener ocho años. Cuando Ramin −un hombre cruel y fi el seguidor de los talibanes− entra en su vida, la desgracia se adueña del destino de su familia para siempre. Pero todo no está perdido para Saira. La pequeña logra viajar a Valencia gracias a las tropas españolas y crece envuelta en el cariño de su familia de acogida, aunque las pesadillas de su pasado no dejan de visitarla. Cuando Pablo le ofrezca la posibilidad de abrirse al amor, ¿conseguirá sanar las heridas de su niñez y empezar a ser feliz?