"A Oliver Button le llamaban nena. A él no le gustaba hacer las cosas que se supone que hacen los niños. Le gustaba jugar en el bosque y saltar a la cuerda. Le gustaba leer libros y hacer dibujos" Oliver es diferente: disfruta de la naturaleza y la lectura, juega con muñecas de papel y le encanta disfrazarse para cantar y, sobre todo, bailar. A su padre le gustaría que practicase deportes pero, su falta de habilidad para el ejercicio físico hace que otros niños del colegio le marginen, se burlen de él y le intimiden. «Oliver Button es una nena», han llegado a pintar en una pared de la escuela.