El Orient-Express fue durante décadas el símbolo de una Europa diversa llena de personajes variopintos, de olores, colores y sabores, unida por este tren que, más que un medio de transporte, fue una extraordinaria forma de civilización y de entendimiento entre los pueblos. Wiesenthal nos transporta a países y estaciones, y crea un relato vívido y evocador, a caballo entre las memorias y el ensayo.