La poesía de César Vallejo (Santiago de Chuco, Perú, 1892-París, 1938) brota de un intenso desgarro y de una conciencia profunda y trascendente de lo humano, que inunda los poemas con una fuerza arrolladora, profunda y desconcertante. Una voz de una riqueza desbordante, tan única y personal que ha trascendido modas, estilos y escuelas. Un lenguaje de inaudita originalidad para un mensaje que nos llega directo y que sentimos propio y cercano, calando hasta lo más profundo de nuestro ser. La poesía de Vallejo trasmite como ninguna otra, y sin la derrota de la desesperanza, el dolor de la condición humana, de su terrible orfandad en el mundo. Y nos ha dejado, además, España, aparta de mí este cáliz, el poemario más imponente que sobre la guerra se haya escrito nunca. Piedra de estupor ofrece una conjunto amplio, diverso y representativo de este poeta grande entre los grandes, universal en el más amplio sentido, del que ningún poeta ni lector debería prescindir.