Segunda entrega de Pies descalzos, uno de los mejores cómics de la historia.Gen y sus amigos deben afrontar las secuelas de la bomba atómica, una realidad casi imposible de aceptar.Han pasado casi dos años desde que estalló la bomba atómica y Japón vive bajo la ocupación militar estadounidense. Mientras los soldados patrullan, en las calles de Hiroshima resuenan los gemidos de dolor y el llanto de los supervivientes. Para ellos la guerra no ha terminado. Conviven con ella.Algunos, como Natsue, vuelven a revivir el horror cada vez que se miran en el espejo. Gen, por su parte, ve como muchos de sus amigos se han quedado huérfanos y corren el peligro de caer en manos de los yakuza. Gen desea protegerles, pero él también tiene problemas: su madre está muy enferma como consecuencia de la radiación.La historia de Gen es la historia de todos aquellos quehace setenta años supieron lo que era el infierno,Nakazawa logra conmovernos hasta lo más profundo.Art Spiegelman dijo...«Esta historia tan gráfica y desgarradora hará crecer en tu memoria un cráter radioactivo que no permitirá que la olvides. »
Segunda entrega de Pies descalzos, uno de los mejores cómics de la historia.
Gen y sus amigos deben afrontar las secuelas de la bomba atómica, una realidad casi imposible de aceptar.
Han pasado casi dos años desde que estalló la bomba atómica y Japón vive bajo la ocupación militar estadounidense. Mientras los soldados patrullan, en las calles de Hiroshima resuenan los gemidos de dolor y el llanto de los supervivientes. Para ellos la guerra no ha terminado. Conviven con ella.
Algunos, como Natsue, vuelven a revivir el horror cada vez que se miran en el espejo. Gen, por su parte, ve como muchos de sus amigos se han quedado huérfanos y corren el peligro de caer en manos de los yakuza. Gen desea protegerles, pero él también tiene problemas: su madre está muy enferma como consecuencia de la radiación.
La historia de Gen es la historia de todos aquellos que
hace setenta años supieron lo que era el infierno,
Nakazawa logra conmovernos hasta lo más profundo.
Art Spiegelman dijo...
«Esta historia tan gráfica y desgarradora hará crecer en tu memoria un cráter radioactivo que no permitirá que la olvides. »