Pues lo hacen por los motivos más increíbles, como podrás comprobar en estas páginas. Numerosas fotos enviadas al autor por padres de todas partes del mundo muestran que son variadas y «lógicas» las razones por las que llora un niño pequeño, aunque a nosotros nos parezcan desconcertantes:Por partirle el queso por la mitad, por aterrizar una mosca junto a su lado, por quedarse sin juguetes después de lanzarlos todos a la piscina, por lavarle para quitarle el pastel de la cara?Greg Pembroke nos regala un libro lleno de tribulaciones infantiles, a la vez documental, terapéutico y muy divertido, que supone un cariñoso retrato de lo que ocurre en la mayoría de los hogares con hijos. Y que será un apoyo para los padres «quemados», puesto que descubrirán que no están solos en las complicadas y también maravillosas lides de la crianza
Pues lo hacen por los motivos más increíbles, como podrás comprobar en estas páginas. Numerosas fotos enviadas al autor por padres de todas partes del mundo muestran que son variadas y «lógicas» las razones por las que llora un niño pequeño, aunque a nosotros nos parezcan desconcertantes:Por partirle el queso por la mitad, por aterrizar una mosca junto a su lado, por quedarse sin juguetes después de lanzarlos todos a la piscina, por lavarle para quitarle el pastel de la cara?Greg Pembroke nos regala un libro lleno de tribulaciones infantiles, a la vez documental, terapéutico y muy divertido, que supone un cariñoso retrato de lo que ocurre en la mayoría de los hogares con hijos. Y que será un apoyo para los padres «quemados», puesto que descubrirán que no están solos en las complicadas y también maravillosas lides de la crianza