Vivimos en lo ya conocido, dirigidos y encorsetados por el contenido de nuestro ego, apresados por los recuerdos del pasado o evadiéndonos hacia un futuro inexistente. Llenamos nuestras vidas con memorias del ayer y expectativas venideras. La expansión de la conciencia existe en instantes de libertad. El empeño por conseguir algo es una quimera y pertenece al ámbito del ego.