Las fascinantes vidas de seis reinas marcadas por la tragedia que no pudieron elegir su destino y que dejaron una profunda huella en la Historia. Excéntricas, caprichosas, rebeldes, ambiciosas... Más allá de un mundo de privilegios, riqueza y poder, todas fueron mujeres de carne y hueso obligadas a llevar sobre sus hombros la pesada carga de un imperio. La vida de estas reinas dista mucho de ser un romántico cuento de hadas. Aunque infinidad de películas y novelas nos han mostrado el rostro más amable de su reinado, en general, fueron muy desdichadas. Todas tienen en común la soledad, el desarraigo, la nostalgia, la falta de amor o el sufrimiento por no poder dar un heredero al trono. También comparten la dolorosa pérdida de sus hijos, los fracasos matrimoniales o el sentirse extranjeras en una corte donde no eran bien recibidas. Las suyas no fueron grandes historias de amor porque sus matrimonios eran un «asunto de Estado». Algunas, como Sissi, fueron emperatrices en contra de su voluntad y enfermaron de melancolía; otras, como Cristina de Suecia, escandalizaron con su extravagante comportamiento y sus ansi