Un perfecto cruasán empaquetado llega a la costa de la isla donde viven Robinsón y Viernes. Una ocasión ideal para romper con la rutina de una alimentación basada en los cocos. Pero solo hay uno y tres seres vivos con ganas de comérselo: los dos humanos y un tiburón. El conflicto quedará narrado a través de un guión excelente y las divertidas ilustraciones repletas de detalles y expresividad.