Madrid, primavera de 1939: Jimena Bartolomé, apenas salida de la adolescencia y recién casada con el amor de su vida, es encerrada en la cárcel de mujeres de Ventas. En esta siniestra institución, su directora, María Topete, gobierna el destino de las reclusas y de sus hijos...Ana R. Cañil recrea en Si a los tres años no he vuelto unos hechos terribles y prácticamente desconocidos de nuestra posguerra: la historia de las prisioneras cuyos hijos les fueron arrebatados por sus carceleros para internarlos en seminarios y conventos o darlos en adopción.Si a los tres años no he vuelto se convierte en una novela imposible de soltar por el hecho terrible que denuncia y por el enfrentamiento entre Jimena y María, dos mujeres inolvidables.