Tiempos modernos (p. 7) -- Oto de Aquisgran (p. 15) -- Vida en la ciudad (p. 16) -- Carpetas (p. 23) -- Biblioteca (p. 24) --El tren de las seis (p. 25) -- Zoo (p. 28) -- The right man in the right place (p. 31) -- Harto y cansado (p. 34) -- Rebajas (p. 40) -- Kirghistan (p. 44) -- Samaritano (p. 44) -- Objeto (p. 47) -- Correos (p. 48) -- Espejos (p. 57) -- Mosquito (p. 57) -- Consejos a un joven escritor (p. 60) -- Tentaciones (p. 64) -- La mujer del cazador (p. 66) -- El elefante (p. 69) -- Medidas contra el paro (p. 71) -- Avances de la ciencia (p. 73) -- Variaciones sobre un cuadro de paul klee (p. 75) --De la soledad de los tenientes (p. 77) -- Signos (p. 78) -- Tras la huella de Albert (p. 79) -- Avenida de la libertad (p. 86) -- Correspondencia de la republica de mimodrama (p. 87) -- La fuerza del destino (p. 93) -- Una familia extraña (p. 94) --Entre Menphis East y Duke Street (p. 101) -- De insominio y pájaros ciegos (p. 102) -- Domingo en la plaza ce los héroes (p. 105) -- Walter y su cuaderno de maderas (p. 107) -- Reflexiones de un vampiro (p. 109) -- Cita encasa delembajador (p. 116) -- De la literatura y la cría de gallinas ( p. 119) -- La inspiración perdida de Julio Cavalcantti (p. 124) -- El viaje de Horacio (p. 133) -- Un lugar en el parque (p. 135)
La autora revisita en estos relatos el universo de lo fabuloso, una constante en su narrativa, habituada a participar de la consciencia de estar inmersos continuamente en lo maravilloso, en un mundo lleno de prodigios y misterios en el que cabalgamos a lomos del asombro. En ese universo que escapa a las leyes de la razón y la lógica, ocupa un lugar destacado el juego, lo lúdico, íntimamente relacionado con el pensamiento simbólico, también habitual en la obra poética y narrativa de Otxoa. La narradora goza, en el momento de la escritura, de un espacio literario abierto, lúdico, en el que utiliza magistralmente la ironía, el misterio, la sorpresa y el juego intelectual, literario y lingüístico, como ingredientes esenciales en una narrativa clara y concisa. Las piezas narrativas, de muy diverso asunto y extensión, que se nos brindan en Un lugar en el parque apelan constantemente a la sensación de que, tras las apariencias, hay siempre otros mundos ocultos, invisibles, que tejen sutiles relaciones con el presente. El lector se acostumbrará pronto a percibir el mundo como un enigma, dentro del cual advertirá fenómenos que las leyes de la lógica no son capaces de explicar. Asistirá, perplejo, a la abolición de la frontera entre la realidad y lo fantástico, asomándose al misterio a través de las rendijas de lo cotidiano. En ese viaje, toda interpretación abrirá las puertas a una nueva interpretación.