Después de que tres mujeres y dos niños mueran en un incendio provocado, nadie en Glasgow respira tranquilo. Estamos en 1974, un año difícil en el que imperan la violencia, los secretos y las mafias. Los ánimos están crispados y la ciudad reclama un culpable. Cuando la policía detiene a tres jóvenes como sospechosos, la muchedumbre no quiere esperar a un juicio justo. En el traslado hacia la cárcel, unos desconocidos asaltan el furgón policial y se llevan a los sospechosos. Al día siguiente, uno de ellos aparece en una céntrica calle. Acuciado por esa carrera contrarreloj, el detective Harry McCoy desoye los consejos de su médico y sale del hospital dispuesto a encontrar con vida a los dos jóvenes que siguen secuestrados y defender su derecho a ser juzgados en los tribunales. A su favor tiene la experiencia de toda una carrera como investigador; en contra, su precario estado de salud y la oposición de toda una ciudad que clama venganza.