En Vidas de celuloide. La novela de Hollywood (1934), Rosa Arciniega, bajo su característica mirada crítica y base ideológica de atención a lo social, pone luz sobre las sombras que se ocultan detrás de la brillantez de los focos de los míticos estudios hollywoodienses, mostrando, a través del vibrante relato de la historia de Eric Freyer, el coste personal y vital que se cobra la fama. Eric Freyer es un artista alemán de music hall que había logrado montar un espectáculo de cierto éxito junto a la bailarina Henriette, alcanzando con ella, tras superar un sinfín de penalidades, la felicidad a nivel personal. Sin embargo, al recibir la invitación para una prueba en Hollywood, no podrá resistirse al sueño de triunfar en la meca del cine. La fama, y también la gran diva Olga D'anti, darán un vuelco a su vida sin ser capaz de vislumbrar hacia donde lo encaminarán sus actos. A través de diversos flashbacks, cambios de escenario entre Los Ángeles y Berlín, y con el estilo vanguardista tan personal de esta autora, que combina la acción, el diálogo ágil y la reflexión, se va desarrollando la trama sobre una enérgica