Soy como tú. Me encanta echarme en el sofá y ceder al placer de la pereza. Dejar para mañana la sesión de deporte prevista para hoy. Sí, soy como tú: no detesto los dulces y me gusta tomar una copa. Como tú, sé que es mejor saborear una fruta que engullir una tableta de chocolate. Pero, como te pasa a ti, me cuesta resistirme a la tentación. Sin embargo, la salud es un capital que conviene valorar siempre para no dilapidarlo. O en todo caso no demasiado rápido? ¿Qué hacer entonces? Estar atentos sin dejar de disfrutar. Este libro quiere cumplir ese propósito. Recuerda algunos principios virtuosos y desborda consejos de aplicación inmediata. Independientemente de la edad, porque no hay edad para empezar a cuidarnos. ¡No hay edad para sentirnos bien!