La honda mirada del poeta ya no es su mirada, porque a través de sus ojos el universo ve, se ve a sí mismo. La poesía es la instantánea suspendida en el tiempo del propio tiempo, en todos los ámbitos de nuestro acontecer, de lo sublime a lo cotidiano. El autor cristaliza esta visión en una serie de repujados versos desparramados a lo largo de toda su vida.