Este libro recrea, con mínimos tintes novelados, el entorno que acompañaba a la mujer más poderosa en la historia de León hasta el mismo instante en el que una mente enferma de odio le arrebató la vida.
Recrea, igualmente, cómo un personaje único, un animal político, encontró el peor fin imaginable tras una trayectoria pública en la que había maniobrado sin piedad alguna hasta conseguir todos los objetivos que se planteó a lo largo de su vida. Pura tiranía, si se quiere. Carrasco no tuvo compasión alguna, nunca perdonó a sus enemigos, jamás tuvo sentimientos en el escenario político y siempre impuso su ley más allá de la propia ley. Su final, remarcan quienes la conocieron y por dura que pueda parecer la afirmación, fue escrito por ella misma.
Una década después de su muerte, estas páginas recuperan los trazos perdidos en aquel crimen, la intrahistoria de un personaje único en la vida política de una provincia que se reconocía, en secreto, sometida y sumisa a partes iguales ante la fi gura de Isabel Carrasco.