Una novela que nos invita a reflexionar, cargada de humor y, sobre todo, de realidad. Todo ello lo podemos encontrar en el nuevo trabajo de Aida Sandoval, “Animales hambrientas” (Difácil), que presentó en el espacio cultural de la librería La Pilarica. Estamos ante la tercera incursión en el mundo de la literatura de esta escritora gijonesa, tras “La luz de mi propia sombra” y “Golpes de memoria” (Difácil). En esta ocasión nos topamos con una protagonista con la que vivir experiencias del día a día y que tiene que hacer frente a los distintos golpes que le va dando la vida. Estamos ante una novela “llena de hallazgos, divertida y genial” y con muchas referencias a George Orwell.
Las cosas que ocurren a diario fue lo que inspiró a Aida Sandoval para publicar el libro. “Lo que quería era que fuese una historia real. Vamos cumpliendo años y empezamos a ver que uno tiene un infarto, a otro le da un ictus, el Alzheimer, unos padres mayores… fui cogiendo pinceladas, por supuesto siempre noveladas”, comenta la escritora, que reconoce que llegó hasta tal punto de hacer una historia tan real que “mucha gente me pregunta si la protagonista del libro soy yo. Reconozco que algo tiene de mí”.
Una autora que trabaja en un sector que poco tiene que ver con la literatura. “Estoy en el sector agropecuario, siempre entre animales. No tiene mucho que ver con la literatura, pero yo creo que en el fondo sí que tiene, ya que todo es real, es la realidad”, dice. De ahí que uno de los personajes clave del libro sea un perro. “Un perrín había que meter. Es un personaje muy importante. Yo adoro los perros, no creo que pueda vivir sin un perro nunca”, apunta Sandoval. Otra de las aficiones que comparte con la protagonista a la que la vida le golpea con mucha crueldad, hasta el punto de ser traicionada por su propia familia. “Los adolescentes nunca sabes por dónde van a salir, yo siempre les tuve un poco de miedo, quizás por mi juventud. Es otro punto que quería reflejar en el libro, que siempre prejuzgamos y siempre nos ponemos en lo peor, y muchas veces nos equivocamos”, señala Sandoval.
Una frase que aparece en la novela y que puede resumir la vida de los protagonistas es: “En esta vida venimos a perder”. “Es una frase que oí muchas veces en mi casa. Más propia de la gente mayor, que vivieron épocas duras como la postguerra y aprendieron a resistir como de una forma más dura”, explica. Aunque no todo son desgracias en la historia, también hay tiempo para el humor. “No quise hacer una historia triste, quería un sentido del humor mundano, dándole un toque de humanidad. El humor te ayuda un poco a seguir, si no te hundes. La risa es algo muy importante”, apunta la autora.
Una Aida Sandoval que espera seguir vinculada al mundo de la literatura en el futuro. “Son años hacer un libro, para este tardé alrededor de dos. Para el siguiente quiero hacer algo muy distinto. Tengo la teoría de que ya está todo escrito, que no hay temas nuevos. Lo único que puede cambiar es la forma en que lo cuentas, que te revuelva un poco por dentro. Tengo la idea de hacer algo que sea como un puñetazo al estómago, un estilo a este último”, señala la escritora gijonesa, para la que la literatura “es una necesidad, es como el que va al gimnasio. Para mí es una forma de entender las cosas que pasan, de canalizar los disgustos… si los pones por escrito a veces duelen menos”.