Más de treinta libros publicados a sus espaldas, finalista del Premio Nadal con “Historias del Kronen”, ganador de un Goya, ganador del Premio Ateneo de Sevilla por “La última juerga”, historiador y colaborador en diferentes medios… Estamos hablando del escritor madrileño José Ángel Mañas, que estuvo en la Casa de la Cultura de Mieres para presentar su último trabajo, “¡Pelayo!”. Un libro en el que Mañas realiza una nueva incursión en el género histórico, tras darse a conocer para el gran público con la tetralogía Kronen, que incluye “Historias del Kronen”, “Mensaka”, “Ciudad rayada” y “La Pella”.
- Lleva más de treinta libros escritos…
Hay poesía, hay ensayo… Llevo más de treinta años en esto, así que sale, más o menos, a un libro publicado por año. He sido un afortunado por poder dedicarme exclusivamente a escribir. Poco a poco he ido mejorando, vas cogiendo oficio.
- ¿Y si tuviera que quedarse con uno?
Me quedaría con el último (risas). La verdad es que con los últimos libros estoy muy contento. Tengo la sensación de estar en un momento dulce, que sé lo que tengo que hacer.
- ¿Qué se siente al ser finalista del Premio Nadal con tan solo 23 años?
Fue una cosa muy desconcertante, para lo que no estaba preparado. No sabía jugar a este juego. Recuerdo que me invitaron a una mesa redonda y ni siquiera fui, no entendía nada…
- ¿Le cambió la vida?
Totalmente. Cometí muchas torpezas y tardé mucho en entender que esto era un negocio en el que estaban los libreros, los editores… yo era una pieza más. Esa consciencia llega con los años. Fue un proceso de maduración que en mi caso fue muy traumático. Por aquel entonces no sabía muy bien lo que quería y hablar en público era muy complicado porque no sabía que decir, ahora ya entiendo lo que es que el público te preste atención y disfruto con ello.
- Después llegaría el Goya…
Eso ya fue más traumático aún, porque tuve roces con el productor. Fue muy buena experiencia escribir a cuatro manos con Montxo Armendáriz – director de la adaptación cinematográfica de “Historias del Kronen”-. La película fue parte de ese proceso en el que tuve muchísima suerte y del que estoy muy agradecido, porque si no fuera por ese éxito no estaría aquí ahora mismo.
- ¿Cambió mucho el mundo y la literatura desde aquel 1994?
Hoy en día hay que “mover” el libro sino en diez días desaparece. Para que la gente lo conozca no basta con dos entrevistas, tienes que estar en todos los medios posibles, y antes no era así. Es un mundo tremendamente complejo, ya que tenemos unos competidores feroces, como son las series, las redes sociales… Estamos perdiendo mucho tiempo en las redes, y la gente tiene que darse cuenta que el libro es una cosa muy especial y única. La comunicación que tienes con un libro no la hay con una serie o una película. Leer se leerá siempre, pero lo que estamos buscando es el favor de más gente… en ello estamos.
- Desde hace poco se ha inmerso en el terreno de la novela histórica…
Es un género muy agradecido. Entras en un trabajo más divulgativo, aprendes mucho y luego muestras lo que has aprendido. Es la excusa para estudiar mejor un tema. Lo que más me gusta de escribir novela histórica es la atención que le presto a las fuentes y los viajes para documentarme. Por ejemplo, para el libro de “¡Pelayo!” estuve en Córdoba, busqué información sobre la batalla de Guadalete, te vas a Mérida, a Cangas de Onís, te paseas por Covadonga…
- La documentación es un proceso largo…
Sí, pero disfrutas mucho. Es una manera de hacer turismo también. Yo primero me hago una idea del sitio que voy a mostrar en el libro, luego voy y después ya escribo. Una vez escrito vuelvo a ese lugar, le presto atención a todos los detalles… a los ríos, las montañas… hay que respetar lo máximo posible los hitos históricos y geográficos.
- ¿Cuáles son sus próximos trabajos?
Para el año que viene se publicará una novela negra que he escrito a cuatro manos con Jordi Ledesma y estoy inmerso en proyectos audiovisuales que me gustaría que salieran adelante, porque son procesos muy laboriosos. Que pudiera ver la luz una serie o una película de aquí a tres años sería ideal.