Está considerado como uno de los autores fundamentales de las letras asturianas, ha logrado diferentes premios, colabora habitualmente en prensa… estamos hablando de Miguel Rojo, autor de libros como “Histories d'un seductor (memories d'un babayu)” (Ediciones Trabe); la obra infantil “El dinosauriu, el príncipe, la nena y la so ma” (Ediciones Pintar-Pintar) o el poemario “El Paseo” (Ediciones Seronda). En esta ocasión acudió a la librería La Pilarica a presentar su nuevo trabajo, “Pequeños barcos a la deriva” (Ediciones Difácil). Se trata de un libro que pone el foco en el mal, que se desarrolla a lo largo de dos pequeños relatos, uno de ellos basado en un hecho real que ocurrió en Liverpool en el año 1993 en el que dos chicos de diez años secuestraron, torturaron y asesinaron a un niño de tres, a través de dos personajes muy diferentes.
- ¿Cómo surgió la idea de hacer el libro y en qué se inspiró para escribir las dos historias?
Fue curioso porque todo surgió al leer una noticia en prensa – de los niños de Liverpool que cumplieron 18 años y tendrían que quedar en libertad -. Con la literatura me gusta indagar, a través de los personajes, en la realidad que a mí me sorprende y que no entiendo, y quise saber que pudo pasar por la cabeza de estos chavales de diez años para llegar a hacer lo que hicieron. Y con respecto a la otra novela corta pretendí que fuera con un protagonista muy distinto pero siempre con el foco en el mal. Un hombre que se enfrenta a su propio horror o fracaso matrimonial y al que en un día le llegan a ocurrir tantas cosas como a la mayoría de personas les sucede en todo un año o varios.
- ¿Qué lleva a la gente a hacer el mal?
El mal y la bondad es lo más humano que hay. Muchas veces se dice… cometió un acto inhumano. No es verdad, es lo más humano. Algo que no ocurre con los animales. El animal nunca busca el mal de una manera consciente y el ser humano, sí. De alguna manera, probablemente, a través de ese mal logramos sobrevivir. También con la bondad, son como las dos caras de la moneda.
- ¿Cómo seguiría la vida del chico del reformatorio –uno de los protagonistas de los relatos?
Yo quiero que cada lector se lo planteé y llegue a su propia conclusión. Cada uno tendrá unos resultados totalmente distintos. A mí me gusta una literatura abierta, que el lector, de alguna manera, recrea y crea su propia novela.
- ¿Porqué ese título y esa imagen en la portada - se pueden ver tres nudos marineros y una ahorca?
El título viene porque creo que todos los seres humanos somos, de alguna manera, pequeños barcos a la deriva que estamos en ese mar confuso, tormentoso… otras veces plácido, y muchas veces no llegas a puerto. La portada es un juego porque son todo nudos de mar menos el último que es una ahorca en color rojo. Me pareció muy sutil ese juego, y de alguna manera da una pista de por dónde va a ir el libro.
- ¿Qué se siente al recibir tantos premios en Asturias?
Cuando uno está escribiendo siempre siente la imperfección. Todos los artistas buscamos la perfección, pero nunca estás satisfecho al cien por cien. Cuando empiezo a escribir pienso que esta va a ser la gran novela, pero cuando la acabo no me convence el resultado… Hay un afán de mejoría. Y con respecto a los premios siempre es agradable.
- Próximos trabajos…
Siempre se está escribiendo cosas. Estoy trabajando en un libro de poesía.