Charlie Mackesy nació en Gran Bretaña en 1962, dice de él mismo que aún no se cree artista. Siempre mostró interés por el dibujo y esbozar se convirtió en su terapia tras fallecer su mejor amigo cuando tenían 18 años. Desde no entonces no paró…
Su legado, "por si a él le pasase algo mañana", llega en formato de fábula ilustrada donde cuatro amigos creados con delicados trazos de tinta hacen reflexiones sobre la amistad, el amor y el éxito. “El niño, el topo, el zorro y el caballo” tiene un objetivo claro: ayudarte a vivir con valentía, a ser más amable contigo y con los demás. También a pedir ayuda cuando la necesites, algo que siempre requiere valor. Es una guía vital para ser feliz con lo sencillo.
En apariencia no tiene hilo argumental, el viaje de estos cuatro amigos no tiene ni principio ni fin, y tampoco es unidireccional (de hecho, las páginas no están numeradas). Además no está terminado, el autor pretende que lo completes tú, con tus textos o ilustraciones; ha dejado mucho espacio en blanco para que lo llenes de ti.
Aun así se aprecia con claridad la evolución de cada personaje, de sus vínculos afectivos, su comprensión del mundo exterior y su propio mundo interior: sus miedos, anhelos y deseo de sentirse queridos, por eso resulta tan sencillo sentirse identificado con los protagonistas y es irremediable preguntarse qué parte del autor, y de nosotras mismas, representa cada animal.
La filosofía o el mensaje moral que representa es atemporal y de aplicación universal. Ser valiente, amable o agradecido son metas a las que todo el mundo puede aspirar, ¿es por esta razón que se ha considerado este libro como sucesor del Principito?, ¿o es un libro de autoayuda?.
El texto es simple, breve y evocador. El mensaje, optimista y esperanzador, también una constante reivindicación en defensa de los animales y de la naturaleza.
"En mi opinión, la naturaleza es un poco como la vida, a veces da miedo, pero es hermosa".
Las ilustraciones hablan por sí mismas con tanta fuerza que los textos, en ocasiones, acaban pareciendo prescindibles. Las acuarelas y las tintas de pluma mezclan trazos nítidos con dibujos casi abstractos, negros con sepia y con impactantes azules. Los dibujos son islas, lugares a los que llegar en un mar de palabras…
En definitiva, estamos ante una tentadora e inevitable invitación a la reflexión: ¿qué es para ti el éxito?, ¿eres amable contigo mismo?, ¿es una debilidad desear sentirse querido?
Gracias por tanto, Mr. Mackesy.
