Volvió la escritora gijonesa a La Pilarica, en esta ocasión para presentar “Madrebona” (Roca Editorial), en un acto en el que estuvo acompañada por su inseparable Alfonso Díaz. Atrás quedan otros trabajos más ligados al género de misterio como “Sangre en la cuenca” (Orpheus Ediciones) o “La banda del botox” (Orpheus Ediciones). En esta obra viajamos con Ekro por distintos enclaves del Mediterráneo y la Península Ibérica, en una emocionante travesía por un mundo en constante cambio, guiado por la voz de la Diosa Madre.
Estamos ante una historia de vida. “Es muy diferente a mis novelas anteriores. Describo un momento de la historia muy desconocido, pero de los más bonitos. Hay un cambio fantástico de la sociedad”, explicó una emocionada Pilar Sánchez Vicente, que bromeó con una curiosidad que poca gente conoce. “Madrebona también es una playa de Perlora (Concejo de Carreño), donde podéis ir a bañaros temblando de miedo porque llegan los áricos”. “No aparecen palabras como “palacio” o “rey” porque no existe en aquella época. No existe el comercio, no hay contabilidad…. Es la novela de los hechos”, detalló.
“Madrebona es la playa, la tribu que se asienta en esa playa, el nombre que coge la jefa o chamana de la tribu… Es el culto a esa diosa madre”, dijo. Temas que nada tienen que ver con algunos de sus trabajos anteriores, con la inspectora Sara Ocaña. “La inspectora siempre va en medio, entre las novelas históricas que escribo. Ya estoy trabajando en la siguiente y sigue en proceso el proyecto con Rodrigo Cuevas”, adelantó la autora, que con cada novela ofreció un saco de romero de Creta hecho por ella misma, con el famoso sello que introduce en cada trabajo. “En este caso el sello es el picu asturiense, una de las señas de identidad más famosas que tenemos pero también de los más desconocidos”, apuntó. Y es que aunque es una novela universal, el epicentro siempre está en Asturias. “Es más un libro de aventuras, más que histórico. No hay mayor relato de ficción que la historia”, finalizó.
