Una farturruta es una ruta corta que termina con una comida en un restaurante. Un concepto que nació hace ya algunos años y que ha llevado a David Castañón a publicar el libro “Les farturrutes. Caminar y comer en Asturias” (Delallama Editoria), una guía para disfrutar de la naturaleza y la gastronomía de la región, en familia, con amigos y en cualquier época del año. Este es su segundo trabajo, tras “Les fartures” (Delallama Editorial), y que presentó en el espacio cultural de la librería La Pilarica, en un acto en el que estuvo acompañado por la actriz y presentadora María Cotiello. Un libro en el que se pueden encontrar un total de 33 farturrutes; de occidente a oriente, recorriendo toda la geografía asturiana.
- ¿De dónde viene el término farturruta?
Nació como una necesidad, porque los amigos fuimos toda la vida de ir al monte. Con la llegada de los hijos y demás, cada vez era más difícil poder ir… entonces buscamos un camino intermedio, que era ir a caminar por la mañana y después ir a comer. El que no podía ir al monte venía a la fartura al chigre, así manteníamos el contacto. Es un término que llama la atención.
- ¿Cómo fue el proceso para seleccionar las rutas y los restaurantes?
Queríamos tirar mucho para el Occidente, porque es una zona muy desconocida para los propios asturianos, y sacar a la gente del centro de la región. Las rutas están seleccionadas en función de la época del año. Es un libro pensado para los asturianos, especialmente. Cogí el mapa de Asturias y fue poniendo y eliminando. Quería hacer una guía para que descubrieran Asturias los propios asturianos.
- ¿Qué tiene que tener la ruta para poder incluirla en el libro?
Tengo la sensación de que los asturianos vamos siempre a los mismos sitios, y hay otros que están al lado y que son igual de guapos que no conocemos. Nosotros empezamos a medir el nivel de la farturruta, además de por la belleza, por la gente que encontramos en el camino… si no encontrábamos a nadie era perfecta. A mí me sirvió también para descubrir Asturias. La pandemia también nos ayudó a descubrir lugares al lado de casa que no conocíamos.
- ¿Cuántas tienes recogidas o guardadas?
Estamos cerca de las noventa. Luego con la editorial fuimos eligiendo. Al principio nos salían ocho páginas por cada farturruta y tuvimos que recortar y seleccionar.
- Si tuvieras que quedarte con una, ¿con cuál sería?
Hay una que es perfecta, en Degaña, que yo no conocía. Las Lagunas de Chagüeños. Lo tiene todo, porque atraviesas un hayedo con unos colores increíbles para llegar a las lagunas. La segunda tiene una vista espectacular, con el bosque debajo. No es muy complicada de hacer, además. Y para comer, en el Tixileiro. Un hotel rural con spa y piscina cubierta. El propietario es experto en vinos de la zona. Te hace un menú impresionante con la gastronomía local. Es el sitio ideal para perderse.
- El tema de incluir los bares en las rutas es una especie de homenaje a las mujeres…
Los cocineros siempre salen los hombres… y quería pensar en ellas y homenajearlas de esta manera.
- Además a los bares les sirve como de publicidad…
Muchos se van a mantener, pero hay otros que tienen fecha de caducidad porque no va a haber relevo. Hay que aprovechar este tirón.
- ¿Tienes pensado publicar algún libro más en el futuro?
Tengo tres en marcha, uno de ellos diferente a este último y con colaboración. Tendré que actualizar el libro de “Les Fartures”, cinco años después… va a haber fartures para rato.
- Unas farturas que podemos encontrar en la página web, ¿lleva mucho trabajo actualizarla?
Lleva muchas horas de trabajo, pero presta porque luego la gente te lo reconoce, que no lo hago por eso pero gusta que te reconozcan tu trabajo. En la web encontramos mis dos pasiones, la fotografía y la gastronomía. Todas las fotos que aparecen en el libro y en la web son mías.